
Redacción central/ con datos de DW, CNN, Infobae
Entre el martes y miércoles de esta semana fallecieron más de 900 personas por coronavirus en Estados Unidos, una cifra récord desde la llegada de la pandemia a su territorio el 21 de enero.
Con estos datos, el país del norte supera los 3.800 decesos por COVID-19 y se coloca por encima de China en cantidad de decesos atribuidos al virus.

Según reportó ayer la Universidad John Hopkins, en la potencia americana de momento se registran 213 mil casos de coronavirus, lo que implica un aumento de 25 mil casos por día, duplicando los 110 mil casos registrados en Italia, el segundo país más afectado.
La cifra se suma al índice mundial de 823.626 contagios en todo el orbe que han llevado al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, a calificar la emergencia como la “crisis más difícil” que enfrenta la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud publicadas por la Deutsche Welle, a escala mundial los contagios superarán el millón de personas esta semana.
Los datos preocupan a las autoridades locales debido a que, a pesar de la inicial minimización del peligro de la enfermedad por parte del gobierno de Donald Trump, en la actualidad el 80% de la población de ese país se encuentra en cuarentena.
De acuerdo con los índices oficiales, Nueva York continúa siendo el estado más golpeado por la enfermedad, con más de 83 mil casos registrados y 1.941 muertes. Según rescató el portal Infobae, el gobernador Andrew Cuomo informó que en las últimas 24 horas se reportaron 391 víctimas fatales y casi 8.000 nuevos casos.
“Si más gente cumple con el distanciamiento social, el estado necesitará solo 75 mil camas de hospital, menos que las 110 mil estimadas previamente”, explicó Cuomo.
El primer caso de coronavirus en el país se registró el 21 de enero. La primera medida gubernamental contra la emergencia no se tomó, sin embargo, hasta el 31 de enero con la instauración de una cuarentena a los ciudadanos norteamericanos procedentes de China. Recién el 2 de febrero se prohibió la llegada a su territorio de personas extranjeras que hubieran visitado China en los últimos dos días.

El martes, la Casa Blanca estimó que, si su población respeta las medidas de aislamiento social, el país podría sufrir entre 100 mil y 240 mil víctimas fatales por la enfermedad, mientras que estimaciones menos optimistas por parte de expertos prevén más de 2 millones de decesos.
Ante el panorama, Trump pidió a la población que “se prepare para dos semanas muy duras, semanas como nunca antes hemos visto”.
Pese a la difícil situación, el Gobierno de EEUU negó que se tratase del país más afectado por el COVID-19, arguyendo que el Gobierno de China miente sobre la cantidad de decesos en su territorio, que sería muy superior a la informada. “La afirmación de que EEUU tiene más muertes por coronavirus que China es falsa”, declaró ayer el senador por Nebraska Ben Sasse al referirse a reportes de la Universidad Jhon Hopkins sobre subconteos de fallecimientos e infectados en el gigante asiático publicados el miércoles.